Por: Eric Seidel, Vicepresidente de Gestión de Productos, Ingersoll Rand, Tecnologías de Compresión y Servicios
Frente a una competencia creciente, altos costos de energía, mayor regulación y metas de sostenibilidad más agresivas, los propietarios de instalaciones y gerentes de plantas están bajo una presión extraordinaria para reducir costos, al mismo tiempo que logran una mayor productividad y eficiencia energética. La mayoría de las industrias utiliza algún tipo de compresión de aire o gas para generar energía y operar equipos, herramientas y procesos industriales. Es una fuente de energía extremadamente conveniente, a menudo llamada la "cuarta utilidad". Sin embargo, en muchos casos se utiliza de manera ineficiente. El Departamento de Energía de EE. UU. (DOE) estima que el 30 al 50 por ciento de la energía del aire comprimido se pierde durante la operación. Estas pérdidas pueden ser resultado de fugas, mantenimiento deficiente, mal diseño del sistema, desperdicio de calor y/o pérdidas de presión.
Por esta razón, las industrias están comprometiéndose a aumentar la eficiencia energética. Por ejemplo, casi 160 fabricantes líderes y organizaciones a gran escala se han asociado con el DOE en su Iniciativa Better Plant y han firmado un compromiso voluntario para reducir su intensidad energética en un 25 por ciento en un período de diez años.